¿Quieres comenzar con pie derecho el nuevo curso escolar ?
Toma nota de estos cuatro puntos y, lo más importante, organízate para llevar a cabo la primera reunión familiar del año escolar. Ningún hogar debería empezar esta nueva etapa sin reflexionar sobre los problemas del curso pasado, sin escucharse mutuamente y sin detectar necesidades individuales y familiares. Coge lápiz, papel y toma buena nota de las ideas y propuestas que surgen en esta reunión.
- No trasmitas la idea a tus hijos de que, al acabar las vacaciones, comienza una aburrida etapa de trabajo y responsabilidades. ¿Por qué ir al colegio o ir a trabajar debe ser una obligación aburrida y monótona? Sé optimista y habla a tu hijo con ilusión de la vuelta al colegio. El trabajo debería ser una oportunidad de realización y, si desgraciadamente no lo es para ti, no se lo demuestres a tu hijo. Él ha de crecer sintiendo que trabajar con ilusión y calidad es un gran privilegio. No le estropees esta perspectiva que, por otra
parte, le nutre de auto-responsabilidad. Si tus hijos son ya
algo mayores, dedica tiempo a hablar con frecuencia de los aspectos positivos de
tu trabajo: retos, objetivos alcanzados, mejoras propuestas, ilusión por nuevos
proyectos, dificultades superadas, fracasos inesperados… - Háblale con ilusión de tus expectativas y ayúdale a crearse las suyas. Si es pequeño, háblale con
alegría de hacer nuevos amigos, de aprender cosas nuevas, de estrenar mochila y
de ser ya un niño mayor. Si tu hijo ya está en primaria o
secundaria y el curso pasado le dejó un «amargo sabor de boca», no le
digas «tranquilo, ya verás como este curso es
diferente». En su lugar, dedícale un tiempo a escuchar sus miedos y,
si no puedes proponerle en estos momentos nuevas medidas de actuación, déjale
claro que sus problemas te preocupan y que os enfrentareis juntos a ellas a lo
largo del curso. Es suficiente para sentirse apoyado y comenzar con seguridad un
nuevo curso que posiblemente sienta que le sobrepasa ya antes de empezar. - Detecta los viejos problemas para no reproducirlos. Si este año que ha terminado ha sido
un año duro a nivel familiar, ¿por qué no tomarse un poco de tiempo para
«enderezar lo torcido» y solucionar todo aquello que nos ha supuesto un
problema? Todo, absolutamente todo, se puede mejorar; solo debes actuar allí
donde «duele» y cambiar de estrategia. ¿Crees que quejándote
continuamente del mismo problema y utilizando las mismas estrategias que no te
han funcionado vas a cambiar algo? Es posible que ahora no sepas qué estrategias
utilizar pero lo que sí sabes con exactitud es lo que no ha funcionado. Ese es
el primer paso: ser consciente de que existe el problema. Y aunque no lo creas,
es el paso más importante pues hay gran cantidad de padres y
madres que cronifican los problemas con sus hijos por
no saber detectarlos. - No comiences este nuevo año improvisando y/o reproduciendo viejos e ineficaces hábitos. Utiliza las
reuniones familiares para definir la ruta que tomará tu familia durante este nuevo año escolar. Utilízalas para concretar nuevos objetivos, tanto
familiares como individuales. Repasa en ellas lo que ha funcionado durante el
año pasado y lo que debe cambiarse; adjudica nuevas responsabilidades
familiares, reformula normas y consecuencias; busca soluciones a los viejos
problemas y escucha las expectativas que tiene cada miembro de tu familia.
Anímalos a tirar adelante entre todos un proyecto familiar interesante y
atractivo para todos, no solo para vosotros o para ellos.